Por Juan Tomás Valenzuela
Por poquito los campeones
del cuerpo legislativo
se apañan un paliativo
de 130 millones.
Este club de jorocones,
que nada más dá problemas,
pretende meter la enema
de que todo ese dinero
era pa’comprar floreros,
orquídeas y magdalenas.
Pero que vá, mis amigos,
las lisas no traen arrugas
y entre liebres y tortugas,
se miden por el ombligo.
Algunos, como mendigos,
siempre cogen lo que sea,
pero cuando la batea
nada más chorrea de un lado,
los que quedan desahuciados
del lado que no gotea,
siempre arman una pelea,
y todo queda embarrado.
Ahora al pobre Víctor Suárez,
sus mismitos compañeros
lo han tildado de aguajero
por remenear los altares.
“A mi me extraña que Suárez
se niegue a tomar la ayuda,
si el primero que se muda
al frente de mi despacho,
siempre es este mamarracho
con su actitud zoquetuda”.
“El ha devuelto los bonos
porque solo son 300,
como el quería 700,
Viene hablando con encono”
¡Por eso es que me enco… !
declaró Orlando Espinosa,
“Si la partida es jugosa,
como siempre suele ser,
Él siempre anda tras lo del,
de manera presurosa”.
“Como no le dién “el mazo”,
el diputado extranjero,
viene y arma un reperpero
con un argumento escaso”.
“Que diga, ese bárbarazo,
cuando en otra ocasiones,
en que reparten millones
por debajo de la mesa,
nunca nos dá la sorpresa
de que él no coge cupones”.
26 Mayo 2018